Hoy me mudé a vivir a tus labios.
De imprevisto, sin avisos ni emplazamientos.
Les visité una vez, con duda y renuencia inicial de tu parte.
Regresé una otra vez, aún con temores y temblores.
Tuve un tercer intento... y ahí perdí la cuenta.
¿Cuántas veces regresa uno a casa?
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