domingo, 30 de noviembre de 2014

Gracias.


No era necesario terminar así.
Yo no quise que las cosas terminaran así, aunque tal vez era la única forma para ti de romper conmigo... rompiéndome.
Tanto amor y sueños no pueden ni deben ser sepultados bajo tanto rencor y reclamos. Como lo dije, te amé y te amo.
Y te extraño y extrañaré.
No hago promesas que no tengo la certeza de poder cumplir, pero te prometo que tienes y tendrás un lugar especial y único en mi alma y corazón, aunque nunca te lo haya podido demostrar como tú querías y como tú necesitabas.
Te amo.
No somos extraños ni enemigos. Sólo dos amantes que necesitamos distancia para no seguir dañándonos y caer una y otra vez en ciclos de violencia por miedos e inseguridades, por no saber cómo hacer las cosas, pero NUNCA por falta de amor.
Gracias por casi 2 años de vida a mi lado, por casi tres años de construcción. Gracias por haber sido mía y permitirme haber sido tuyo.
Te amo, y no hay lágrimas suficientes para sacar el dolor de perderte. Que tengas una vida muy feliz, prolífica, placentera, plena, de logros y alegrias. Que tengas todo lo que te mereces y yo jamás supe darte. Te lo mereces. Te mereces el mundo, amor mío, Oaxaca adorada, guerrera incansable, Liz de mi vida. Amor que tanto he amado.
Gracias por todo lo que me enseñaste. Lo atesoro y lo guardo. Lo trabajo y lo construyo. Te amo y te agradezco infinitamente me hayas ayudado tanto a ser mejor persona y querer serlo en tantas áreas de mi vida.
Te amo. Sé muy feliz. Sigue siéndolo.
Con todo mi amor y sinceridad, el que alguna vez fue tu grandote. Te amo.

Como vino, se fue.

Y ya, vino por sus cosas con su nuevo amante, y se fue.
No significa que no duela, que no lastime, que no den celos.
Pero es mi trabajo hacerme cargo de mis sentimientos.
No usarlos como pretexto para herir, aprisionar o buscar poseer.
Me toca a mí, y nadie más, transitar por esta enorme pérdida lo más saludablemente posible.