martes, 31 de marzo de 2015

Entre selvas.

Quiero escribirte con la misma delicadeza que se me antoja acariciar tus labios.
Hacerte saber con cada una de mis palabras y letras que te he visto y seguido ya desde hace tiempo.
Que tu misticismo no es cosa nueva para mí, ni tu espíritu salvaje ajeno a mi atracción.
Quisiera hacerte saber que al fin me he decidido a conocer más, saber más, acercarme más, sólo para verte en libertad y poder disfrutar un poco de ella cuando desees compartirla.
¡Oh, y vaya que deseo la compartas también conmigo!
Así lo quiero, y sé que jamás será justo cazarte, perseguirte, ni acecharte... No es ni siquiera lejana mi intención.

¿Cómo entonces he de lograr que los tiempos-espacios coincidan?

Para que así, de pronto, en la constante coincidencia, puedas darte cuenta que hay más que miradas profundas, indómitas, de sorpresa y admiración en común.

¡Qué terrenales mis palabras, qué sagrado mi desear acercarme a ti!



jueves, 5 de marzo de 2015

Sin cámara.

¿Qué te parece hacerte una sesión de poesía?

Tengo una estilográfica y un cuaderno nuevos que quisiera probar contigo. Los compré en una tienda especializada, y estoy seguro que captan hasta el más mínimo detalle, se enfocan -o no- en cada ligero brote de sensualidad que me permitas capturar.

Podemos hacerlo en mi estudio, en tu casa, o en el lugar que tú prefieras. Te aseguro que será tan privado o público como tú quieras, y del espacio dependerá qué tanto podamos jugar y tu propia comodidad.

Se me ocurre que con cierto tipo de luz resaltan más tus pómulos y sonrisa, que se ilumina tu mirada y el movimiento de tu cabello al viento se convierte en poesía misma. Que tu aroma se multiplica y el sonido de tu voz se disfraza de erótico y estoico susurro.

Se me ocurre que, dependiendo también de la ropa y actitud que quieras lucir, puedo escribir con tinta azul, verde o en morada. Hacer una composición que incluya la escritura en el celular y pase por el filtro de tu aprobación para al fin imprimirlo en más de un cartel o blog.

Creo que una sesión con movimientos sería mejor, donde te sientas natural y fluyas a voluntad, sin buscar grandes poses o falsas posturas, que me permitas ver, mirar, observar y capturar tu imagen y describirla con la libertad de mi visión atenta y compartirla como un arte, como un pasatiempo, que además te permite jugar más con tu imagen y voluntad.

Será un estudio poesiográfico, tanto con los contrastes de luz y sombras de los blancos y negros, como resaltando el detalle y la vida de cada uno de todos los colores que emanan de ti. Tal vez, al despedirnos y terminar la sesión, te escriba un par de tomas más en un casi nostálgico sepia que anuncia tu ausencia de mí.

Tal vez no esté de moda ni del lado de la Tecnología y su gasto y producción-reproducción de imágenes, pero te aseguro que, a diferencia de una cámara, capturaré no sólo lo que veo, sino cada olor, cada sonido, cada textura y hasta lo que no se ve, en una imagen que podrás usar y reusar a voluntad, y podremos reescribir cada silencio y cada sonido para guardar tu privacidad.

Una cosa sí debo advertirte: no puedo hacerme responsable por lo que quede escrito en tu piel.