martes, 19 de julio de 2016

A donde vayas.

El jueves fuimos a despedir a Amigo, pareja de Amiga.
Él se va a vivir al norte,  a La Ciudad. Va a estar allá,  por contrato, al menos cuatro años, especializándose en aquello que ya sabe hacer y disfruta.
Amiga y todo el resto de la familia se quedan en CiudadPequeña, sin una perspectiva clara de cuándo o si irán a vivir para allá. Al menos para mí no lo es.
Se irá en camión,  en un viaje de casi veintimuchas horas. Eligió ese medio de transporte porque puede llevar casi lo que sea, sin que le cobren exceso de equipaje o peso, como lo sería en aviones. "Es una mudanza", repetía sin parar, haciendo énfasis en todo aquello que carga para llevarse. Yo creo que en el fondo se refiere a todo aquello que deja.



Hablamos, entonces,  de lo romántico y necesario que es el viaje por tierra. Ese poder sentarse a ver por la ventana cómo va cambiando el paisaje poco a poco, ir viendo cómo nos vamos amaneciendo y anocheciendo con los kilómetros y distancias recorridas.
Viajar es poner movimiento y geografía a la esperanza.
Nos movemos, conscientes de ello, con la atención en el camino y la ventana. Viendo unos kilómetros adelante (si acaso, unos dos) y sólo imaginando que después de esos hay otros dos, otros diez, otros dos, otros veinte, que nos irán acercando a ese destino que imaginamos está ahí, que creemos ahí existe y es real, justo como tanto lo hemos imaginado.
Y así recorremos esos kilómetros que en nada se comparan con la longitud de nuestro propio hilo rojo.
Y viajamos con propios o extraños, viendo llanto o sonrisas, tal vez escuchando anécdotas de aquello que aleja o expectativas de aquello que acerca.
El viaje se ve, se vive, como la carretera: puente entre dos puntos, camino que une tanto como aleja.
Sin darnos cuenta que el camino es un lugar en sí mismo, un lugar, un presente aquí y ahora. Un regalo a vivir plenamente.
Aquello que dejamos no es ya lo que recordamos.
Aquello otro a donde vamos aún no es lo que deseamos.
Somos esto. .. historias que se escriben, no en un punto del que se parte ni en otro al que se llega.
Somos historias en el camino que andamos mientras lo caminamos.
Ojalá y cada quien disfrutemos, seamos conscientes, de cada paso en nuestro andar.
Buen viaje, compañerx.